Una historia para la reflexión EN LA ACTUAL SITUACIÓN

UNA HISTORÍA PARA LA REFLEXIÓN EN LA ACTUAL SITUACIÓN

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Deja vu
Como cada noche, me dispuse a escuchar las noticias, y a preparar la cena, mi esposa solía llegar media hora más tarde. En la tele, entre las noticias de actualidad la presentadora, mencionó un accidente de tránsito en el que había perdido la vida un hombre adulto y en el que afortunadamente a pesar del aparatoso choque múltiple, no hubo que lamentar más víctimas, tan sólo la conductora fue trasladada por heridas leves y un cuadro de ansiedad, un penetrante olor a quemado me advertía que había olvidado bajar el fuego del horno y mi tarta parecía tener poco remedio, ventilé la cocina intentando evacuar el humo y replantearme algo nuevo y creativo, no quería fallar con la sorpresa.

Suenan llaves en la puerta, aunque primero debería haber llegado el repartidor, podría ser ella, mi mujer, quien hubiera recibido en la puerta el pedido, pero mientras me acerco, al oír las voces de mis padres, supuse que se habían adelantado a la hora de la fiesta y venían a ayudar, se abrió la puerta y les dije que estaba en la cocina, nadie me respondió, ignorándome pasaron directo al salón, atónito les seguí y oigo a mi esposa que acababa de llegar, preguntar por Mario nuestro hijo, contestaron que estaba arriba estudiando, intenté besar a mi mujer, pero me quedé solo con mi beso en el aire y los ojos cerrados, me giré y los vi a todos junto a la mesa, les grité que si no me veían acaso era invisible ¡!! siguieron sin responderme, tan solo Zeus, nuestro cocker, me ladró y gruñó enseñando sus dientes, retrocediendo hacia atrás y adelante, le mandaron a callar y corrió a su rincón favorito, cabreado me dirigí al lavabo a lavarme la cara para calmar el sofoco y en ese momento algo frío recorrió mi espalda y la sensación no fue buena, vi a mi mujer en el espejo, apagó la luz y preguntó a voces, Mario sabes quién se ha dejado encendida la luz del baño?, esa costumbre !!!

Voy a su encuentro y ya están cenando, parece que no me ven, que no me oyen pero yo si les veo y oigo, están hablando de mi, mi esposa recoge su pelo, mira una foto nuestra y después de un largo silencio, apenas se le entiende entre sollozos, decir que me extraña, que había prometido no llorar esta vez pero que hoy es una fecha señalada, no puede dejar de pensar en lo normal que era nuestra vida, hasta que perdimos los empleos, empezamos a distanciarnos, mis trastornos de sueño y mi depresión, mis olvidos como las luces dadas, el salir a cualquier hora a caminar por la carretera, de haber mejorado tan solo un poco nuestra economía, yo habría vuelto a ser el de antes a prestar atención a todo y quizás habría esquivado aquel coche y hoy estaríamos todos aquí festejando mi cumpleaños.

Cierro mis ojos y recuerdo todos los detalles de aquel instante y aun con más intensidad ese sonido seco, una frenada de coche y el estridente claxon que no cesaba, los desgarradores gritos de la mujer que conducía, mi cuerpo tendido en el asfalto, las luces de los coches esquivando el accidente y alejándose en fúnebre procesión.

Los vuelvo a abrir, tengo un número en la mano, pero estoy sentado junto a otros desempleados esperando mi turno, fue una cabezada y un mal sueño, pero lo peor de todo es el hecho de que hoy me informarán de las opciones que tengo después de agotar mis prestaciones por desempleo y que me toca preparar una cena de cumpleaños…

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