Sobre la denuncia del pasado 1 de junio del entorno del instituto

El 1 de junio, con festividad y alevosía, se publicaba como noticia en la página de la Asociación de Vecinos un artículo firmado por José Luis Carbonell bajo el título de “desidia en el entorno del Alfonso X el Sabio” donde se hacía una descripción sobre el lamentable estado de la zona perimetral de nuestro instituto. Abandono y dejación total por parte de la administración y demasiado conformismo por parte del equipo directivo, eran sus palabras.

De lo primero poco que añadir, dada la responsabilidad de la administración en el cuidado de cada uno de los espacios de la ciudad: una crítica al descuido urbanístico de una peatonal situada en las traseras del instituto, junto a la fallida construcción de edificaciones asignadas hace décadas a Ruvical. En ese sentido, sorprende el título que centra la mirada sobre el instituto.

Ahora bien, respecto de la segunda apreciación resulta totalmente inadmisible y fuera de lugar. Sorprende que el articulista desconozca el escaso papel asignado a los equipos directivos y al régimen de gestión de los institutos públicos, que no tienen relación de dependencia con los ayuntamientos. Por tanto, imputar una responsabilidad por inacción en un asunto que tiene que ver con el urbanismo que, en este caso, afecta a un ángulo de las traseras del instituto parece algo desmedido. Porque todo el artículo se centra en la parte posterior del mismo, no en su entrada principal, donde evidentemente está visible la cartelería con toda la información académica que se imparte.

En realidad, el artículo bien podría haberse centrado en Ruvical, y la historia de una parcela que nunca llegó a construirse, o en el polideportivo y su entorno, porque ese es el verdadero perímetro de la desidia de esta zona de la ciudad. Habla de un paseo del olvido, la calle del Profesor Julián Besteiro, totalmente descuidado, pero el titular del artículo y sus imputaciones desvían el disparo mañanero. Y ya, si se hubiese completado el recorrido perimetral, igual podría haber comprobado el deterioro no solo urbanístico, sino del civismo en su esquina con Valdehuesa, comprobando cómo se depositan las bolsas de basura y desperdicios, por parte de algunos residentes. Una nota de denuncia más a añadir al escrito en cuestión.

Desde el instituto devolvemos al articulista una mirada en profundidad, abriendo el zoom. Veamos. La zona noreste del Polígono lleva décadas sufriendo una degradación que se manifiesta en la limpieza, deficiente iluminación, la instalación de vivienda de régimen especial (veremos en qué acaba el edificio negro de la calle Yedra), piscina de verano perimetrada con valla cinegética remendada que invita al vandalismo y al asalto nocturno, o el pabellón polideportivo lleno de hierbajos, con goteras…

Es evidente que la ciudad tiene un eje norte sur, que se ha trasladado a nuestro barrio. El pequeño comercio bascula al ritmo de esa asimetría. Si no, miremos la calle Alberche y el cierre de comercios en su zona oriental. La apertura del hospital y el crecimiento de las inmediaciones seguramente contribuirá a profundizar ese desajuste. Nuestro instituto, ubicado en ese eje del Polígono, se ve afectado por sus vicisitudes urbanísticas. La parcela adjudicada a Ruvical -que bien pudo constituir el titular de su misiva- con el cartel puesto en mitad del solar quedó varada hasta su extinción sin llegar a iniciarse las obras. Hierbajos y depreciación de una zona como corresponde al entorno donde se deslocalizaron las viviendas sociales de la demolida “Ele”.

Y todo esto no es resultado de nuestra pasividad, es simplemente el fruto de una determinada programación urbanística. En ese cuadro, el IES Alfonso X el Sabio es trabajo callado y responsable; es elegancia y grandeza de un instituto que, pese a la modestia de sus instalaciones, de su entorno, de su menguado presupuesto, de los escasos apoyos, tiene a gala la formación ya de cuarenta promociones de bachilleres con un notable éxito, creciendo en la demanda de escolarización y en el número y calidad de sus enseñanzas. Agradecemos todos los apoyos en la mejora del centro y su entorno, pero con el debido respeto y consideración.

Mientras tanto, seguimos trabajando con seriedad y rigor reivindicando en los foros correspondientes las carencias del barrio, trabajando en la buena marcha del instituto, en la renovación integral del mismo y, lo más importante, en que el alumnado que pasa por sus aulas continúe recibiendo la mejor de las formaciones posibles, que no es poco. Es de justicia dejarlo claro y poner en su lugar el buen nombre del IES Alfonso X el Sabio. Los juicios de valor, las bravatas y los disparos al bulto los dejamos para los paseos mañaneros de cualquier opinador.

Equipo Directivo del IES Alfonso X el Sabio.                                       “Cuarenta años compartiendo conocimiento”

 

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