MARTA OCHOA.

Un tema muy sonado y discutido es el del aborto, qué decisión tomar con una “futura vida” como lo llaman algunos, es algo que levanta ampollas, y creo que hay que pensar con ética y no ser egoísta.
Me hace gracia la poca delicadeza que se llega a tener en este país, aquí los de arriba saben mucho, y por ello tengo que asentir con la cabeza, pero no hay mas ciego que el que no quiere ver, el poder gusta mucho y es peligroso, y si a esto le sumamos la ignorancia retrasada y sequedad neuronal de más de uno de los de arriba, llegamos a un punto en que la única opción para no matar a nadie es dedicarse a alisar el gotelé de la pared a cabezazos.
Vivimos en una democracia de cambio de  monopoli, en el que la Ley del aborto cambia no a mejor, como cualquier cabeza amueblada, sino a peor, dejándonos como cerdos de corral, que los ganaderos deciden si los dejan para criar, o para hacer mortadela.
La nueva, original y renombrada Ley Orgánica de Protección de los Derechos del Concebido y de la Mujer Embarazada, elimina toda posibilidad de decisión sobre mi útero, ya dándome la lista con todos los datos calculados.
El aborto se permite ahora solo en dos ocasiones, si la mujer sufra una violación y si hay grave peligro para la vida o la salud física o psíquica de esta, por lo que se elimina el supuesto de malformación,
enfermedad incurable o anomalía fetal incompatible con la vida.
Que el feto tenga un problema de salud, por muy grave que ésta sea y aunque vaya a producirle la muerte nada más nacer, ya no será en sí mismo un motivo legal para abortar. No me puedo creer que todos
esos llamados “pro-vida” se enorgullezcan, porque la vida es lo más bonito que tenemos, y hay que respetarla por encima de todo. ¿No? Igual que el que ama, tiene que saber amar de verdad, hay que entender que no vale el “todo por el todo”, hay que saber donde están los límites de la realidad, de una
realidad que duele, una de las peores si no la peor decisión que puede llegar a sufrir una mujer, algo verdaderamente importante como para tomárselo en serio.
Hace poco viendo la televisión me topé con la entrevista a una señora mayor, padecía una enfermedad congénita sebera que la tenia sentada en una silla de ruedas desde hace años. Se me ponía la piel de gallina al oírla hablar de cómo ha sido su vida, siempre pegada a una enfermedad que no la dejaba ser ella, mirarse al espejo y no reconocerse, ver como sus sueños se pierden por que no tienen cabida en esa silla.
No recuerdo como era su nombre, ni si quiera de donde era, y la verdad que me quedé helada cuando la mujer, con lagrimas en los ojos hablaba a las mujeres que estuvieras que embarazadas, y que dicho embarazo trajese consigo algún problema con los que tuviera que pensar en el aborto, que no por dejar ír se quiere menos, que un niño tiene que ser niño, y hay que ser consciente de que ese niño tiene que crecer y tener una vida, llegar a poder atarse el solo los cordones de las zapatillas.
Yo soy la primera que estoy a favor de la vida, la que se emociona cuando ve una mujer con una tripa enorme de embarazada, y a la que la entran unas ganas enorme de abrazar al bebe del carrito de al lado, pero sé que en la vida el camino no es fácil, y que hay que mirar con la cabeza fría y “dejar descansar”.
Veo inhumano traer a este mundo un hijo, sabiendo ya que desde el primer momento que pone los pies en el suelo es para que le dejen es una silla y que con el tiempo y suerte, conseguirá mover un poco la
cabeza, y si le pillas de buen día, sonreírte.
Cuando un niño se pierde, cuando la “chispa” de los niños se pierde, convirtiéndose en una mirada vacía, una mira que no dice nada.
Y al igual que en mí y en ti, en ese niño también pasan los años, y crecen, no siempre a bien, ¿Y entonces qué? Toda una vida postrado en una cama con ayuda constante, ¿Y luego? Cuando los padres de niño sean ya ancianos y sean ellos mismos los que necesitan ayuda, ¿qué? Cuando estos mueran, ese niño ya no tan niño ¿qué? Meterle toda su vida en un centro para que alguien a la hora exacta, le lleve al
comedor, le de comer y le seque las babas. Hay que tener un poco de visión, y pensar en claro, es un tema muy serio y los casos son muchos y muy variados. No tolero la idea del aborto por el aborto, de por mala cabeza o por aprovecharse de una ley, se pueda abortar por una noche loca y sin conocimiento, hablo del aborto con cabeza.
Como un hermano mayor y con experiencia, tenemos que aprender de los errores y saber qué es lo mejor. No por dejar ir se quiere menos, ni se es mala persona, hay que jugar con la experiencia y
saber “proteger” con cabeza.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información. ACEPTAR

Aviso de cookies