En muchas ocasiones no hay que dar más vueltas porque las cosas son lo que parecen. El hecho de que Díaz Ferrán esté en la cárcel  nos da a entender lo que ya imaginábamos, lo que suponíamos. A  veces todo está más claro de lo que creemos, porque nadie se hace rico, obtiene ampulosas haciendas, maneja a su antojo empresas, contratos, cantidades de dinero, con  diáfanas intenciones. Esta detención es un duro palo para los miles de empresarios honrados, la mayoría de ellos, que hacen las cosas bien, que luchan por conservar sus plantillas. Nos damos cuenta de que esta crisis económica es la de la desigualdad social, mientras que los empleados pierden su empleo, sufren recortes en servicios sociales, hay una casta de impresentables, que no han arrimado el hombro, que no han hecho nada para que mejore la situación de España.

Posiblemente ahora la opinión pública mirará de otra manera a los señores encorbatados que manejan sin escrúpulos las grandes empresas de cualquier sector.  Esperemos también que los medios de comunicación no apaguen esta noticia tan importante, para que no caiga en el olvido la  corrupción.  Esperemos que al menos lo hagan con la misma intensidad que  hicieron la campaña de desprestigio de los líderes sindicales.

 José Luis Real

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