De miedos y coherencias. Pero campeones

No seremos ricos, pero podemos ser campeones de Europa. El orgullo español; disfrutamos de nuestros mejores momentos en la historia del fútbol. Ya sé que lo cortés no quita lo valiente, pero, por qué no tanto ni tantos en lo que de verdad nos importa.

Cuando vas al compañero y le dices que el paro sigue subiendo, y que nuestros gobiernos recortan al pueblo llano para que los ricos sigan inflándose, y encima debamos tapar el hoyo en que nos han metido ellos mismos (pero quedándose ellos arriba, claro) y que posiblemente dure hasta nuestros nietos; y que las pensiones quedan mermadas cuando no perdidas; y que las cosas pueden ser de otra manera si nos unimos todos. Entonces va el compañero y te dice: “déjate de monsergas, la política no me interesa, son todos iguales; hacen lo que les da la gana; no podemos hacer nada; estoy harto de tantas mentiras, no quiero saber nada” Y le insisto: “¿No te interesa el pan, la salud, la justicia, la educación, la dignidad de vida? No esperes que nadie haga por ti, ni que con cambiar tu voto en la urna cambien las cosas”. “Y entonces ¿qué hacer?” -me pregunta- y le contesto: “Esto, o lo cambiamos nosotros, el pueblo llano, o no lo cambia nadie” Y me contesta que soy un ingenuo. Y le respondo que el ingenuo pueblo egipcio con sus protestas en la Plazade la Liberaciónhizo caer a Mubarak y todo su gobierno después de casi 30 años en el Poder; y que la indignación de veinte personas que protestaron en una plaza de Reikiavik se multiplicaron como el milagro de los panes y los peces, convirtiéndose en miles de personas protestando y haciendo caer al gobierno islandés. Nacionalizaron la banca y ahora están en vías de cambiar toda una “intocable” Constitución. Hay que estar siempre en toda protesta, ser cada día más; más días, más gente; y no ceder ni cesar en el empeño. Las cosas pueden ser de otra manera; hay razones, objetivos, propuestas. Pero para eso es necesario antes perder el miedo. Los poderosos también tienen miedo; y es precisamente el miedo a que todos perdamos el miedo para quitarlos del medio. Tito Livio, el historiador romano que descubrió y describió Toletum, decía: “El miedo siempre ve las cosas peor de lo que son” Y en eso nos tienen.

 

Uno se harta de ver cómo a la mayoría que se le va la fuerza por la boca; mayoría que si fuera consecuente acudiría a manifestaciones, y otro gallo cantaría. Existe una colectividad social con mentalidad de rebaño, y lo peor es que no se enteran. Son los que les han hecho creer que la democracia es elegir a A o a B; y que A o B gobiernan, mandan, y si lo hacen bien los votamos y si lo hacen mal los castigamos; podemos criticarlos, ponerlos verdes, decir lo que queramos, y podemos protestar; en eso nos han hecho creer que consiste la democracia. Pero también en que con protestar no conseguiremos nada. Triste y cancerosa Dictadura Democrática Capitalista.

Hay que estar en las calles y las plazas y adherirse a todo lo que proteste contra la situación y los responsables de la situación; el sistema toca fondo, suena a final. Quedándonos en casa es como nada cambia; debemos priorizar la protesta sobre cualquier tipo de ocio personal, incluso dejar alguna que otra obligación para otro momento, y tomar el coche o el autobús y acudir coherentemente indignados porque nos quitan la calidad en la sanidad para ponerla en las manos privadas de los ricos; y lo mismo la educación y todo lo público. Y porquela Casadela Justicia, nuestro último reducto o esperanza en democracia y libertades se ha convertido en una casa de grillos y lobos. Tanta mierda como está corriendo y a la que nos hemos acostumbrado oler, inmuniza nuestra propia rebeldía: y así reposa nuestra indignación, como magma de un volcán que permanece tranquilo sin erupción que cambie el paisaje. La indignación sin movimiento constante no es nada. Quien algo quiere algo le ha de costar.

Basta ya de vaguedades. No hay camino ni meta si el camino no se hace al andar. No esperes que otros hagan por ti lo que debes hacer tú. Tú eres uno y juntos todos. Pocos poco pueden, muchos lo pueden todo. Insisto, o lo cambiamos nosotros o no lo cambia nadie. Y si no estás dispuesto a hacerlo, no te preocupes, cuando te llegue y quieras, será tarde; te quedarás en paro o en el estado del malestar. Sean o no de Bertolt Brecht, lo importante son los versos por su vigente realidad: Primero vinieron contra los comunistas/ y yo no dije nada por que yo no era un comunista/ Luego contra los judíos/y no dije nada porque yo no era un judío/Luego contra los obreros/y no dije nada porque no era ni obrero ni sindicalista/Luego arremetieron contra los católicos/y no dije nada porque yo era protestante/Y cuando finalmente vinieron por mí/no quedaba nadie para protestar.

 Eduardo Gonález

 

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